En el blanco banco [Libre]

No acostumbraba a estar por estos lugares, por lo general me la pasaba a las afueras y solo veía esta parte del mundo con curiosidad como si quisiera entrar a buscar soluciones a mi vida pero a la vez repitiéndome infinidad de veces que no lo haría por si debía evitar algún tipo de dolor, ni yo misma sabia a que dolor me refería pero al dar los primeros pasos por aquí empecé a sentirlo, era mi padre, tal vez hubiera deseado que mi familia viviera por estos lares junto a él, pero ese era un deseo que tal vez no se haría realidad, no por ahora.

Era un lugar muy bonito, no era de extrañarse tratándose de un lugar tan concurrido, me costaba acostumbrarme a caminar sin la compañía de alguien, eso me ponía nerviosa y me obligaba a estar siempre a la defensiva, aunque sabía que con el poco poder que tenia no lograría hacer mucho, eso me decepcionaba pero a la vez me daba ánimos para darme prisa y exigirme más.

Decidí detenerme un momento para admirar el paisaje, me senté en una de las bancas detallando cada parte del lugar, logrando divisar a alguien acostado -tal vez sea un viajero y este cansado- me acerque a paso lento para ver si la conocía, no era así, me asuste por un momento pensando que había caído desmayada o algo, no sabía si despertarla ya que podría ser peligroso para mi si se trataba de alguien que pudiera hacerme daño, sin pensarlo mucho me acerque más para ver si respiraba alejándome de inmediato, al parecer estaba bien, volví a ponerme de pie dispuesta a irme rápido si no fuera por el ruido que ocasione dejando caer el pequeño bastón que cargaba.

Miro como despertaba tensándome un poco, peleaba en mi interior por haber sido tan torpe en el momento y hacer ruido, ¿ahora que se supone que debería hacer?, ¿correr? no lo sabía pero debía conservar la calma, todos esos pensamientos se escabulleron al ver que la joven sonreía y tendía su mano hacia mí, eso logro tranquilizarme bastante, al parecer no se trata de una persona peligrosa o eso parecía en el momento, estreche su mano con suavidad moviendo un poco mi cabeza como si hiciera una pequeña reverencia –ho…hola, lamento haberla despertado, ¿se encuentra bien?- la mire con curiosidad estando ya un poco más confiada mientras me agachaba tomando de vuelta mi bastón que aun se encontraba en el suelo –no creo que sea muy cómodo dormir por aquí- comente mirando a mi alrededor, si se trataba de un viajero tal vez habría algún lugar donde podría hospedarse pero si no lo era…no lo tenía claro, pero no sabría si sería bueno o malo, después de todo aun era difícil ver gente nueva y confiar completamente podría ser peligroso.

Al parecer se encontraba bien, aquella chica era agradable hasta el momento. Me disponía a decirle mi nombre pero fui interrumpida cuando salió corriendo tras aquella ave, las seguí con la mirada un tanto divertida por la escena, al ver que se detiene, ladeo la cabeza sin saber el motivo de su reacción pero sonrió instantáneamente por primera vez con ella al ver que regresa, negando levemente al escuchar que se disculpaba – no hay problema está bien, las aves siempre quieren jugar y no pierden ninguna oportunidad para hacerlo –pronuncie sin borrar mi sonrisa, si las aves le tenían confianza y eran capaces de acercarse a ella era porque tenía buenos sentimientos, o eso quería creer.

Asentí cuando me dijo que quería jugar, ya que mas daba me dejaría llevar por mis instintos y sacaría mi lado infantil, estaba bien distraerse aunque fuera poco tiempo, – claro, me gustaría mucho…ehh mi nombre es Lenya, es un placer!- dije más animada antes de salir corriendo y extendiendo mis brazos como si pudiera volar, me detuve caminando de nuevo hacia ella mientras hacia girar el bastón con mis dedos apoyándolo de nuevo en el suelo cuando llegue a su lado -y tu nombre… ¿cuál es?- la mire por un momento antes de centrarme en el piso y hacer como si realizara un dibujo imaginario en el.